At Home Abroad: Identity and Power in American Foreign Policy
Estados Unidos nunca se ha sentido como en casa en el extranjero. La razón de este malestar, incluso después de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, no son las frecuentes amenazas a la seguridad estadounidense.
Es la identidad de Estados Unidos. Estados Unidos, creen sus ciudadanos, es un país diferente, un Nuevo Mundo de instituciones divididas y mercados individualistas que sobreviven en un Viejo Mundo de gobiernos nacionalistas y economías estatistas. En este Viejo Mundo, Estados Unidos no encuentra consuelo e intenta alternativamente retirarse de él y reformarlo.
Estados Unidos oscila entre ambiciosos esfuerzos internacionalistas para imponer la democracia y el orden mundial, y llamamientos más nacionalistas para recortar los compromisos multilaterales y exigir que los aliados europeos y japoneses hagan más.
En At Home Abroad, Henry R. Nau explica que Estados Unidos sigue siendo único, pero ya no tan diferente.
Todas las grandes potencias industriales de Europa occidental (y, posiblemente, también Japón) son ahora democracias liberales fuertes. Un nuevo mundo poderoso y pacífico existe más allá de las fronteras estadounidenses y ancla la identidad de Estados Unidos, aliviando su malestar y poniendo fin al ciclo de retirada y reforma. Nau se basa en perspectivas constructivistas y realistas para mostrar cómo las identidades nacionales relativas interactúan con el poder nacional relativo para definir los intereses nacionales de Estados Unidos.
Aporta nuevas perspectivas para la gran estrategia estadounidense hacia diversos países. En Europa, la perspectiva de la identidad y el poder defiende los intereses nacionales de Estados Unidos. apoyo tanto a la expansión de la OTAN para consolidar las identidades democráticas en Europa del Este como a la cooperación simultánea, pero separada, de las grandes potencias con Rusia en las Naciones Unidas.
En Asia, esta perspectiva recomienda un cambio de la estrategia estadounidense del bilateralismo al multilateralismo concéntrico, empezando por una comunidad de seguridad democrática emergente entre Estados Unidos, Japón, Corea del Sur, Australia, Nueva Zelanda, India y Taiwán, y ampliando progresivamente esta comunidad para incluir a los Estados reformistas de la ASEAN y, si se democratiza, a China. En el mundo en desarrollo, el planteamiento de Nau aboga por equilibrar los compromisos morales (identidad) y materiales (poder) de Estados Unidos, evitando la intervención militar por razones puramente morales, como en Somalia, pero emprendiéndola cuando las amenazas materiales sean inmediatas, como en Afganistán, o cuando coincidan los intereses materiales y morales, como en Kosovo.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)