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So, You Want to be a Landlord, eh?: A Memoir
Famosas últimas palabras: "Parecía un buen tipo en aquel momento. "Después de decirle enfáticamente, y con no poca animación, a "Quasimodo" que sacara el cubo abierto de 10 galones de gasolina de la cubierta lateral del edificio de apartamentos, pude ver cómo los engranajes empezaban a girar lentamente en su cabeza, buscando una forma de ahorrar su preciado combustible.
Cuando por fin llegó su momento de eureka, cogió el cubo, luchó por bajarlo por las escaleras y llevarlo hasta su coche averiado... y procedió a ponerlo en el asiento trasero. El éxito, en este caso, debía llegar en forma de dinero, es decir, de ingresos extra.
Dinero que podría utilizar para gastar o ahorrar, o tal vez ayudar a pagar la hipoteca de mi propia casa. Empezó bien con el primer edificio tríplex, incluso después de los gastos y los impuestos.
No era mucho más, pero ayudaba. La siguiente compra, un dúplex, también fue bastante bien, pero luego descendió a la locura cuando me hice cargo de otra propiedad tríplex.
Desde luego, aprendí mucho sobre el mantenimiento de edificios, pero muy poco sobre la gestión de personas Ahora que lo recuerdo, todo me parece bastante divertido, pero, como verán en el libro, en aquel momento no me habría hecho ni pizca de gracia.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)