Aces at Kursk: The Battle for Aerial Supremacy on the Eastern Front, 1943
La batalla de Kursk, en julio de 1943, es conocida por ser la mayor batalla de tanques de la historia. Una victoria rusa que marcó el final decisivo de la capacidad ofensiva alemana en el Frente Oriental y preparó el terreno para los éxitos soviéticos que siguieron. Aunque muchos se han centrado en los enfrentamientos de tanques, especialmente en la Batalla de Prokhorovka, hubo una intensa batalla aérea que superó a la Batalla de Inglaterra.
Como parte de la ofensiva alemana, el VIII Cuerpo Aéreo de la Luftwaffe desplegó alrededor de 1.100 aviones sólo en el sur, mientras que los ejércitos aéreos soviéticos opuestos Segundo y Decimoséptimo desplegaron inicialmente más de 1.600 aviones. Un esfuerzo similar rodeó el ataque alemán en el norte.
La batalla en el sur comenzó con un ataque aéreo soviético sobre los aeródromos alemanes y una lucha por el control del aire que continuó durante todo el día en todo el frente. El primer día de la batalla, el 5 de julio de 1943, los alemanes volaron al menos 2.387 salidas en el sur, mientras que los dos ejércitos aéreos soviéticos volaron 1.688 salidas. Ese primer día de batalla se saldó con entre 19 y 27 aviones alemanes y 189 aviones soviéticos derribados. Fue un enfrentamiento aéreo como nunca se había visto antes.
En el bando alemán participaron las alas de caza 52ª y 3ª. La 52ª Ala de Caza era la más destacada de la historia y muchos de sus mejores ases participaron en los combates sobre el campo de batalla de Kursk. Entre ellos se encontraban Walter Krupinski (197 bajas reclamadas en la guerra), Gnther Rall, el tercer as con mayor puntuación de la historia (275 bajas reclamadas), y el as con mayor puntuación de la historia, Erich Hartmann (352 bajas reclamadas). Frente a ellos estaban los que se convertirían en tres de los cinco mejores ases soviéticos: Kirill Yevstigneyev (53 bajas reclamadas), Nikolai Gulayev (55 bajas reclamadas) y el mejor as aliado de la guerra, Ivan Kozhedub (62 bajas reclamadas). Esta fue sin duda la batalla de los ases.
Pero también hubo un enorme esfuerzo de ataque terrestre por parte de ambos bandos, incluido el Junkers Ju 87 Stuka equipado con cañones antitanque de 37 mm pilotado por el hombre que se convertiría en el soldado más condecorado del Tercer Reich, Hans-Ulrich Rudel. En la batalla aérea participaron cientos de Sturmoviks soviéticos, o IL-2, el avión blindado de ataque a tierra de Stalin. En la batalla se produjo el famoso ataque de los Hs-129 y Fw-190 de la Luftwaffe contra los blindados soviéticos el 8 de julio de 1943.
Ases en Kursk no es sólo una historia de guerra, sino una reveladora investigación que analiza toda la batalla aérea que cambió las tornas de la guerra en el Frente Oriental.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)