Apocalypse-Cinema: 2012 and Other Ends of the World
El cine apocalíptico no es sólo el fin de los tiempos que tan a menudo se ha escenificado como espectáculo en películas como 2012, El día después de mañana y Terminator. Al analizar los éxitos de taquilla que juegan con la aniquilación general y prestar atención a películas como Melancholia, Cloverfield, Blade Runner y Twelve Monkeys, este libro sugiere que, en el género apocalíptico, el cine roe su propio límite.
El cine-apocalipsis es, al mismo tiempo y con el mismo doble golpe, el fin del mundo y el fin de la película. Es la consumación y el (auto)consumo del cine, bajo la forma de un acinema que Lyotard evocaba como el horizonte nihilista de la economía fílmica. Las innumerables cuentas atrás, las radiaciones deslumbrantes, los freeze-overs y las grietas y fisuras sísmicas no son más que otros nombres y pretextos para poner en escena el propio cine, con su economía del tiempo y sus rebobinados, sus imágenes sobreexpuestas y sus fundidos a blanco, sus fotogramas congelados y sus retoques digitales.
El género apocalíptico no es un género entre otros: Juega con las propias condiciones de posibilidad del cine. Y da testimonio de que, cada vez, en todas y cada una de las películas, lo que Jean-Luc Nancy llamaba el cine-mundo se expone a punto de desaparecer.
En un postfacio escrito especialmente para la edición inglesa, Szendy amplía su argumento a un debate con el materialismo especulativo. El cine-apocalipsis, argumenta, se anuncia como cenizas que cuestionan la estructura "ultratestimonial" de la mirada fílmica. El cine-ojo, argumenta, elude el correlacionismo y la estructura antropomórfica que los materialistas especulativos han puesto bajo crítica, permitiendo sólo que se escuchen las cenizas que lleva.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)