Apariciones marianas: ¿Fenómenos naturales?

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Título original:

Marian Apparitions: Natural Phenomena?

Contenido del libro:

Todas las apariciones de la Virgen María son clasificadas por la Iglesia Católica Romana como revelaciones privadas. Joseph, Cardenal Ratzinger, cuando era Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe escribió en 'El mensaje de Fátima, 2000': "La enseñanza de la Iglesia distingue entre 'revelación pública' y 'revelaciones privadas'. Ambas realidades difieren no sólo en grado, sino también en esencia"... "En este contexto, ahora es posible comprender correctamente el concepto de revelación privada, que se refiere a todas las visiones y revelaciones que han tenido lugar desde la terminación del Nuevo Testamento. Esta es la categoría a la que debemos asignar el mensaje de Fátima. A este respecto, escuchemos una vez más el Catecismo de la Iglesia Católica: A lo largo de los siglos, ha habido revelaciones llamadas "privadas", algunas de las cuales han sido reconocidas por la autoridad de la Iglesia... Su función no es completar la Revelación definitiva de Cristo, sino ayudar a vivirla más plenamente en un determinado período de la historia" (n. 67). La Iglesia católica enseña que la revelación pública se completó, y por tanto se concluyó, con la muerte del último apóstol (Vaticano II, Dei Verbum 4), pero la revelación privada ha continuado.

La Iglesia sostiene que las revelaciones privadas aprobadas, como visiones, voces y apariciones, han sido juzgadas como procedentes de Dios con toda probabilidad, pero no tienen por qué ser aceptadas por los fieles, mientras que las enseñanzas contenidas en el depósito de la fe sí tienen que ser creídas y aceptadas. Dicho esto, estas apariciones de la Virgen María, especialmente las dos mayores de Lourdes y Fátima, han asumido una importancia igual a las revelaciones bíblicas y a los propios Evangelios. Sin embargo, las apariciones marianas pertenecen realmente al ámbito de las revelaciones privadas y, por tanto, no hay por qué creer que tengan un origen sobrenatural. Este estudio se propone demostrar que las apariciones marianas tienen en realidad su origen en fenómenos naturales, no sobrenaturales. Aunque ha habido cientos, quizás miles de apariciones marianas, sólo 16 han sido clasificadas como "apariciones aprobadas por los obispos con reconocimiento vaticano" y 7 como "apariciones aprobadas por los coptos". Este libro se refiere a varias de ellas. La mayoría de las apariciones marianas ocurren en países católicos romanos, donde los videntes suelen ser niños de entre 6 y 12 años. Una explicación natural de las apariciones marianas fue sugerida por el parapsicólogo estadounidense D. Scott Rogo, quien escribió que es "posible que sean proyecciones de imágenes latentes en nuestras mentes que literalmente se vuelven temporalmente reales en raras ocasiones......

La clave para comprender las apariciones marianas puede estar en su tendencia a producirse en momentos de crisis social y/o política. En esos momentos de tensión, puede producirse alguna forma de comunicación telepática masiva en el inconsciente colectivo de la cultura amenazada. Esto puede conducir a la formación de una "mente de grupo", que, a su vez, da lugar a la proyección de una visitación mariana." No está claro cómo se llegó a apariciones como las de Lourdes y Fátima. ¿Cuáles fueron los medios? Descartando lo sobrenatural, el autor examina las causas naturales, empezando por las alucinaciones: las religiosas, hierofanía asociada a las arboledas sagradas; la apofenia, ver patrones dentro de datos aleatorios, y la pareidolia, cuando estímulos aleatorios, imágenes o sonidos son transformados por nuestra mente en patrones familiares cuando en realidad no existen. Se examinan causas biológicas y geológicas como: filtraciones de gases abióticos o naturales de los pantanos que provocan alucinaciones; descargas eléctricas geomagnéticas y naturales como las tormentas eléctricas y, sobre todo, las Damas Blancas, bolas de luz deslumbrantes. Otras posibles causas pueden surgir de los rasgos psicológicos de las niñas prepúberes y especialmente de los niveles de magnetita en sus cerebros. Una de las características de los supuestos enunciados marianos es la variabilidad de sus niveles de dificultad lectora, medidos con el índice de niebla de Gunning.