Análisis de «Disciplina y castigo» de Michel Foucault

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Título original:

An Analysis of Michel Foucault's Discipline and Punish

Contenido del libro:

Michel Foucault es famoso por ser uno de los pensadores más innovadores del siglo XX, y su trabajo en Disciplina y castigo fue tan original y ofreció modelos tan útiles para otros estudiosos que el libro figura ahora entre las obras académicas más influyentes jamás publicadas.

El objetivo de Foucault es rastrear el modo en que el encarcelamiento se transformó entre los siglos XVII y XX. Lo que empezó como un espectáculo, en el que los castigos rituales se centraban en el cuerpo del preso, acabó convirtiéndose en una cuestión de disciplina privada de un alma delincuente.

La obra de Foucault es famosa por sus originales reflexiones, y Disciplina y castigo contiene varias de sus observaciones más convincentes. Gran parte del libro se centra en establecer nuevas conexiones entre el saber y el poder, lo que lleva a Foucault a esbozar una nueva interpretación de la relación entre voir, savoir y pouvoir - o, "ver es saber, es tener poder". Foucault también se detiene con fascinante detalle en las verdaderas implicaciones de una solución singularmente creativa a los problemas generados por el encarcelamiento de un gran número de delincuentes en un espacio confinado: el "panóptico" de Jeremy Bentham, una prisión construida en torno a una torre central desde la que guardias ocultos podían -o no- vigilar a cualquier preso en un momento dado. Como señala Foucualt, el panóptico crea una prisión en la que los reclusos se autodisciplinan, por miedo al castigo, incluso cuando no hay guardias presentes. Foucualt aplica esta idea al modo en que nos comportamos en el mundo exterior, un mundo en el que los circuitos cerrados de televisión y los radares de velocidad están diseñados explícitamente para modificar nuestro comportamiento.

La originalísima visión de Foucault sobre las prisiones también las vincula a estructuras de poder más amplias, lo que le permite argumentar que todas las concepciones anteriores de la prisión son engañosas, incluso erróneas. Para Foucault, el fin último del encarcelamiento no es castigar a los reclusos ni reducir la delincuencia. Es producir delincuencia como forma de permitir al Estado controlar y estructurar el crimen.