Aliados divididos: La cooperación estratégica contra la amenaza comunista en Asia-Pacífico durante los primeros años de la Guerra Fría

Título original:

Divided Allies: Strategic Cooperation Against the Communist Threat in the Asia-Pacific During the Early Cold War

Contenido del libro:

Al cuestionar directamente los relatos existentes sobre las relaciones posteriores a la Segunda Guerra Mundial entre los Estados Unidos de América, el Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda, Aliados divididos constituye una importante contribución a la historia transnacional y diplomática. En esencia, Aliados divididos examina por qué la cooperación estratégica entre estas potencias occidentales estrechamente aliadas en la región Asia-Pacífico fue limitada durante los primeros años de la Guerra Fría. Thomas K. Robb y David James Gill indagan en las dificultades de la cooperación en materia de seguridad mientras los dirigentes de estos cuatro Estados equilibraban la competencia intramuros con la necesidad de desarrollar una estrategia común contra la Unión Soviética y la nueva potencia comunista, la República Popular China.

Robb y Gill exponen la contención y desorganización entre los aliados no comunistas en la primera fase de la estrategia de contención en Asia-Pacífico. En particular, los autores señalan la importancia de los elementos económicos, raciales y culturales en la planificación de la seguridad regional y destacan cómo estas cuestiones internas dieron lugar a la desorganización internacional. Aliados divididos muestra que, en medio de estas polémicas relaciones, las potencias antípodas Australia y Nueva Zelanda desempeñaron un importante papel en la región y utilizaron con éxito la diplomacia cuadrilateral para promover sus propios intereses nacionales, como la elaboración del tratado de seguridad colectiva ANZUS de 1951.

Robb y Gill demuestran que las relaciones entre los aliados en los primeros tiempos de la OTAN fueron tan conflictivas como las de la región Asia-Pacífico tras la Segunda Guerra Mundial, y que Gran Bretaña y los países de la Commonwealth fueron socios necesarios en el desarrollo de la estrategia mundial de principios de la guerra fría.