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El libro «Alarico el godo», de Douglas Boin, presenta una visión matizada y compleja de Alarico y de la dinámica sociopolítica del Bajo Imperio Romano, cuestionando los relatos tradicionales sobre la caída de Roma. Aunque ha sido elogiado por su atractiva narración y su profundo análisis, ha recibido críticas por centrarse más en el contexto histórico general que en el propio Alarico, y por introducir temas políticos contemporáneos que algunos lectores consideran inapropiados.
Ventajas:⬤ Ofrece una reexaminación convincente de una figura histórica y un periodo incomprendidos.
⬤ Ofrece interesantes perspectivas sobre la situación sociopolítica en la Antigüedad Tardía y la dinámica entre romanos y bárbaros.
⬤ Atractivo estilo narrativo y magistral narración que da vida a las figuras históricas.
⬤ Análisis que invita a la reflexión y establece paralelismos con cuestiones políticas modernas.
⬤ Falta información detallada específica sobre Alarico en comparación con el contexto más amplio, lo que algunos lectores consideran decepcionante.
⬤ Algunas reseñas indican que se percibe un sesgo en la interpretación de la historia a través de una lente contemporánea, lo que lleva a reclamaciones de anacronismo y análisis superficial.
⬤ A veces la redacción es inconexa, lo que lo hace menos legible para algunos.
⬤ Los críticos sostienen que se basa en la especulación e introduce temas políticos modernos que restan precisión histórica.
(basado en 68 opiniones de lectores)
Alaric the Goth: An Outsider's History of the Fall of Rome
Estigmatizados y relegados a los márgenes de la sociedad romana, los godos eran "bárbaros" violentos que destruyeron la "civilización", al menos en la historia convencional del colapso de Roma. Pero un ligero cambio de perspectiva hace que su historia, y la nuestra, cobren una sorprendente vida.
Alarico creció cerca de la frontera fluvial que separaba el territorio godo del romano. Sobrevivió a una política fronteriza que separaba a los niños emigrantes de sus padres, y se le negaron los beneficios que probablemente esperaba del servicio militar. Los romanos estaban profundamente divididos sobre quién debía disfrutar de los privilegios de la ciudadanía.
Querían reforzar su poder global, pero se sentían inseguros respecto a la identidad romana; dependían de los productos extranjeros, pero se burlaban de los extranjeros y les negaban su propia voz y humanidad. En marcado contraste con el fanatismo, la intolerancia y el fanatismo crecientes entre los romanos durante la vida de Alarico, los godos, como cristianos practicantes, valoraban el pluralismo religioso y la tolerancia.
Los marginados godos, marcados por la historia como temibles presagios de destrucción y de la Edad Oscura, conservaron virtudes del mundo antiguo que nosotros damos por sentadas. Las tres noches de disturbios que Alarico y los godos llevaron a la capital infundieron miedo en los corazones de los poderosos, pero los disturbios no carecían de causa.
Combinando una narración vívida y un análisis histórico, Douglas Boin revela el complejo y fascinante legado de los godos en la configuración de nuestro mundo.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)