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Facing Reality: Two Truths about Race in America
Las acusaciones de privilegio blanco y racismo sistémico que están destrozando el país se alejan de la realidad. Dos hechos conocidos, documentados desde hace tiempo más allá de toda duda razonable, deben salir a la luz e incorporarse a la forma en que pensamos sobre las políticas públicas: Los blancos, negros, hispanos y asiáticos estadounidenses tienen diferentes tasas de delitos violentos y diferentes medios y distribuciones de capacidad cognitiva. Las acusaciones de racismo en la policía, las admisiones universitarias, la segregación en la vivienda, y la contratación y los ascensos en el lugar de trabajo ignoran la forma en que los problemas que dan lugar a las acusaciones de racismo sistémico son impulsados por estas dos realidades.
¿De qué puede servir sacarlas a la luz? El ideal más preciado de Estados Unidos es lo que solía conocerse como el Credo Americano: no se debe juzgar a las personas por su procedencia, su clase social o su raza, color o credo. Deben ser juzgadas como individuos. La ideología progresista imperante repudia ese ideal, exigiendo en su lugar que el Estado juzgue a las personas por su raza, origen social, religión, sexo y orientación sexual.
Nosotros, en el centro izquierda y centro derecha, que somos los defensores naturales del Credo Americano, nos hemos arrinconado. No hemos estado dispuestos a decir abiertamente que los distintos grupos tienen diferencias significativas. Como no hemos estado dispuestos a decirlo, hemos quedado indefensos ante las afirmaciones de que la culpa es del racismo. ¿Qué otra cosa podría ser? Nos ha dado miedo responder. Debemos hacerlo. Afrontar la realidad es un paso en esa dirección.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)