Abel Bodied: Asesinato en el Banco Malden

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Título original:

Abel Bodied: Murder at the Malden Bank

Contenido del libro:

Si le preguntara dónde tuvo lugar el primer asesinato durante un atraco a un banco en Estados Unidos, su mente viajaría naturalmente al Viejo Oeste.

Pero el primer asesinato durante el atraco a un banco ocurrió en Malden, Massachusetts, el 15 de diciembre de 1863. Y el autor distaba mucho de ser un famoso pistolero. Sin embargo, era alguien igual de peligroso - un oportunista desesperado.

En aquella época, Malden, a pocos kilómetros al norte de Boston, era una ciudad idílica y en expansión. Los campos de batalla de la Guerra Civil, donde los hombres sanos morían por miles, estaban muy lejos. La ciudad aparentemente fuera del alcance de tal violencia.

Edward Green, jefe de correos de Malden, vivía muy por encima de sus posibilidades y administraba mal los fondos de los que era responsable. Recién casado y con un hijo que nacería en pocos días, buscó cualquier solución que pudiera encontrar para resolver su deuda, mantener su posición y mantener a su familia.

Frank Converse, de diecisiete años, era el cajero del banco de enfrente. El joven estaba solo en el banco, con un montón de dinero a la vista. La tentación de resolver sus problemas de una vez fue demasiado fuerte para el jefe de correos. Disparó dos veces a Converse y robó el dinero.

He enmarcado esta historia como una analogía de Caín y Abel. El asesino y su víctima, aunque no eran parientes, eran amigos íntimos.

William Shiloh nació libre en Delaware, pero a finales de la década de 1850 ya no estaba seguro de seguir siéndolo por mucho tiempo. Huyó al norte con su creciente familia, a Malden, y abrió una barbería en Pleasant Street para atender a los hombres acomodados de la ciudad. Desde sus ventanas, William podía presenciar todo lo que ocurría en Malden Square, aunque apenas era visto por la gente del pueblo a la que observaba.

La vida era difícil, pero William mantenía el optimismo de que mejoraba día a día. Esa esperanza fue borrada por el pavor la mañana en que Frank Converse fue encontrado muerto a tiros y el banco robado. Siendo el único que sabía que Edward Green fue la última persona en salir del banco antes de que se descubriera el crimen, William sospechaba que el jefe de correos era el villano y esa creencia sólo seguiría creciendo.

En muchos sentidos, William Shiloh es el alma de esta novela. Un hombre justo, pero un testigo reacio. Teme que la gente del pueblo no le crea por el mero hecho de no ser uno de ellos. Es un forastero. El color de su piel también le hace temer que una acusación dirigida a un hombre blanco como criminal pueda hacer que la culpa recaiga directamente sobre él.

El hecho de que Edward Green cometiera un asesinato a plena luz del día aterroriza a William. La principal prioridad de William, como siempre lo ha sido, es mantener a salvo a su familia y la mejor manera de lograrlo, cree, es no atraer ninguna atención indebida sobre sí mismo. Sin embargo, su conciencia se debate entre el dilema de qué es seguro para él y qué es justo para la familia del chico de Converse asesinado y para la atemorizada gente del pueblo.