A lo que no termina: Threnody

Título original:

To That Which Ends Not: Threnody

Contenido del libro:

Esta obra asombrosamente singular, casi inclasificable, no es ni una simple elegía por la esposa de cuarenta años del poeta y filósofo Michel Deguy, ni una simple obra de duelo. En la aguda prosa poética y las reflexiones filosóficas de Deguy no hay casi nada de emoción contada con tranquilidad. Más bien, estas páginas, a menudo asombrosas, graban los bordes dentados de la angustia experimentada inmediatamente después de la muerte, profundamente conmovedora, de la persona amada. En estos fragmentos escritos desde lo más profundo de la soledad del duelo, todo el horizonte de la vida y del amor se estremece y cae presa de la erosión del sentido provocada por la interrupción de la muerte. Aquí los recuerdos y los detalles íntimos de cuarenta años de vida compartida prestan urgencia a la exégesis y al análisis filosóficos, realizados en diálogo con su propia obra y con la tradición. Los recuerdos le llevan a hurgar en sus libros, a excavar en su obra en busca de rastros de una presencia ahora marcada por la ausencia. Y su atención a la vida y al lenguaje le envía a las tradiciones de la poesía y el pensamiento que han informado su trabajo durante décadas, desde Homero y Heráclito hasta Heidegger, Baudelaire, Blanchot, Derrida y Nancy. La precisa y sagaz traducción y las notas de Robert Harvey están siempre atentas a la alusividad y la invención lingüística de Deguy.

Stuart Kendall

Michel Deguy se cuenta entre los grandes poetas y filósofos de Francia. Amigo de los pensadores más perdurables de nuestra época -ha colaborado con Derrida, Lacoue-Labarthe, Nancy y otros-, escribe con una agudeza desesperada. Sutil luchador de resistencia, Deguy sale de su infierno el tiempo suficiente para contarnos lo que significa arrastrarse por la muerte de un compañero íntimo y querido. Nos ofrece un testimonio espantoso y absolutamente bello de las invasiones cotidianas de la pérdida.

Avital Ronell

Erudito pero íntimo, alusivo pero también profundamente personal, A lo que no acaba registra la (interminable) búsqueda de un lenguaje para traducir lo que Deguy llama «lo irreparable»: la aterradora y desproporcionada experiencia de una muerte que anula toda locución adecuada. La sobria y reflexiva traducción de Robert Harvey, por momentos bastante literal, ofrece al lector anglófono una versión ricamente texturizada de este agonizante acto de duelo.

Peter Connor