A la sombra de ninguna torre

Opiniones de los lectores

A la sombra de ninguna torre», de Art Spiegelman, es una novela gráfica que explora el trauma personal y nacional tras los atentados del 11 de septiembre. El libro se divide entre poderosas reflexiones personales sobre el 11-S y las críticas políticas del autor, y a menudo deja a los lectores divididos sobre su contenido y eficacia. Mientras que algunos alaban su arte y profundidad emocional, otros critican su brevedad e incoherencia.

Las ilustraciones son muy elogiadas por su factura y el impacto emocional que producen. Muchos aprecian la perspectiva única de Spiegelman y su capacidad para articular la confusión y el miedo que rodearon a la tragedia del 11 de septiembre. El libro también presenta una interesante historia del cómic y del comentario político, lo que lo hace valioso para los interesados en la narrativa gráfica.

Varios críticos consideran que el libro carece de contenido sustantivo, y señalan que es corto -a menudo descrito como que sólo tiene unas 20 páginas de trabajo original intercaladas con reimpresiones de cómics antiguos-. El pesado formato de cartón da una impresión engañosa de longitud. Además, algunos critican el fuerte sesgo político del libro, pues consideran que distrae de la narración principal y puede alienar a los lectores con opiniones políticas diferentes.

(basado en 71 opiniones de lectores)

Título original:

In the Shadow of No Towers

Contenido del libro:

Para Art Spiegelman, el autor de Maus, ganador del Premio Pulitzer, los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 fueron a la vez muy personales e intensamente políticos. A la sombra de ninguna torre, su primer nuevo libro de cómics desde el revolucionario Maus, es un relato magistral y conmovedor de los acontecimientos y las secuelas de aquel trágico día.

Spiegelman y su familia fueron testigos de los atentados en el bajo Manhattan, donde su hija adolescente había empezado el colegio días antes, justo debajo de las torres, y ellos vivían en la zona desde hacía años. Pero los horrores a los que sobrevivieron aquella mañana fueron sólo el principio para Spiegelman, ya que su angustia se vio rápidamente desplazada por la furia contra el gobierno estadounidense, que cooptó descaradamente los acontecimientos para su propia agenda preconcebida.

Respondió de la forma que mejor conoce. En un formato sobredimensionado de dos páginas que recuerda la escala de los primeros cómics de prensa (que, según Spiegelman, le sirvieron de consuelo tras los atentados), relata su experiencia de la tragedia nacional en dibujos y textos que transmiten -con su singular arte y su característica provocación, la insondable enormidad del suceso en sí, los efectos obvios e insidiosos que tuvo en su vida y los extraordinarios cambios, a menudo ocultos, que se han promulgado en nombre de la seguridad nacional tras el 11-S y que han empezado a socavar los cimientos de la democracia estadounidense.