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Si Harry Hawker MBE AFC (1889-1921) viviera hoy, estaría levantando polvo del desierto en el Rally Dakar, atado a un cohete en un vuelo de SpaceX, o haciendo la pole position en Fórmula 1. Hawker, nacido en Victoria, se trasladó a Inglaterra a los 22 años y se convirtió de la noche a la mañana en una leyenda de la aviación.
En su día, voló más rápido, más alto y durante más tiempo que nadie en Gran Bretaña. Su única necesidad era la velocidad. Cuando no estaba compitiendo con aviones, coches y lanchas rápidas, Hawker ayudaba a diseñar y probar los aviones de combate de la Primera Guerra Mundial.
Su jefe, el pionero de la aviación Tommy Sopwith, pensaba que era un genio. Detrás de él había una inglesa extraordinaria que le mantenía con los pies en el suelo.
Pero la ansiedad de la madre de dos hijos crecía a medida que su ambicioso marido sobrepasaba los límites. Especialmente cuando desapareció intentando el primer vuelo transatlántico... Y burbujeando había una debilidad subyacente que literalmente ayudaría a hundir a Harry Hawker.
Para siempre. Sólo tenía 32 años.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)