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Duets with My Daughter: Lessons in Hope, Heartbreak and the Human Spirit
Imagine que su hija tiene cáncer. Te sientas con ella en la consulta del médico; se ha sometido a múltiples pruebas para buscar una razón a unos síntomas desconcertantes y hoy el médico revisará los resultados. El médico es amable y pragmático, ofrece opciones de tratamiento y da ánimos, pero la única palabra que oyes es cáncer. Secretamente sabías que era una posibilidad, pero querías creer que si rezabas lo suficiente, no sería así. ¿Cómo es posible que alguien tan joven, tan alegre, tan sano pueda tener cáncer? No hay razón, no hay respuesta; simplemente lo tiene.
A lo largo de los años había trabajado como enfermera diplomada en varias especialidades, como oncología, quirófano y cuidados intensivos, y a medida que cada área se volvía relevante para el curso del tratamiento de Rachael, me sentía agradecida por tener esa experiencia, por ser la intérprete de lo desconocido. En secreto, me aterrorizaba la idea de que, como también había sido enfermera de cuidados paliativos, me llamaran para que utilizara esas habilidades. Pero no me dejaba llevar por ese pensamiento.
Sin embargo, me di cuenta de que Rachael se convertiría en mi maestra, en mi guía, mientras navegábamos juntas por el desgarrador laberinto que supusieron sus siguientes nueve meses de tratamiento. Desde el principio me dijo: "¿Por qué yo no? "Nunca se amargó, nunca se enfadó... sólo estaba decidida a sobrevivir costara lo que costara. Lloraba cada fracaso en privado y tuve que aprender a respetar esa necesidad de soledad. Quería seguirla hasta su habitación, abrazarla, consolarla y hacer que se sintiera mejor. Fallé; no era mi hija de cinco años con dolor de garganta. Era mi hija de veintitrés años con cáncer.
La belleza y la bendición de esta historia es que Rachael y nosotros, su familia, estuvimos conectados a una red de almas cariñosas que compartieron voluntariamente cada paso con nosotros, que nos levantaron cuando estábamos deprimidos, rieron y lloraron como nosotros y aportaron más de lo que nunca sabrán a este viaje. Honrar a Rachael recordando su historia es un objetivo importante, pero la verdad es que debemos honrar el espíritu humano, el suyo y el nuestro.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)