Esta novela cómica centrada en los ochenta, alimentada por Ritalin y perfecta en su tono, de un escritor a tener en cuenta, aporta energía y originalidad a la clásica historia de madurez...
Antes de AidSat no tenía yo, ni alma. Era una dirección de facturación. Un puntaje de crédito. Tenía un televisor, un ordenador, un teléfono, un coche, un apartamento, algunos muebles...