Puntuación:
El libro es muy elogiado por su contenido edificante y alentador, que resuena especialmente en tiempos difíciles. Los lectores lo consideran un recurso esclarecedor y ameno para fomentar una mentalidad positiva y el crecimiento espiritual.
Ventajas:Mensajes edificantes y alentadores, contenido perspicaz y revelador, bien escrito y ameno, un gran devocional cristiano que promueve el pensamiento positivo, bueno para la lectura diaria.
Desventajas:Algunos pueden encontrarlo demasiado optimista o no abordar sus luchas con suficiente profundidad.
(basado en 8 opiniones de lectores)
Words of Cheer for Daily Life: Messages to Encourage the Heart
Gozaos, pues, en cuanto sois partícipes de los padecimientos de Cristo, para que cuando se manifieste su gloria, os gocéis también con gran alegría. - 1 Pedro 4:13.
Hijo de Dios, no digas que el sol se ha apagado porque la nube lo ha ocultado; no, está ahí detrás, preparándote el verano, pues cuando vuelva a salir, habrá hecho que las nubes se dispongan a dejar caer en abril lluvias, todas ellas madres de las dulces flores de mayo. Sobre todo, cuando tu Dios esconda su rostro, no digas que se ha olvidado de ti. Sólo se demora un poco para que le ames más. Cuando venga, os alegraréis en el Señor y os alegraréis con gozo indecible (1 Pedro 1, 8). La espera ejercita nuestra gracia. La espera pone a prueba nuestra fe. Por tanto, esperad con esperanza, porque aunque la promesa se demore, nunca puede llegar demasiado tarde.
Nunca tenemos un trato tan estrecho con Dios como cuando estamos en tribulación. Cuando el granero está lleno, podemos vivir sin Dios. Cuando la caja fuerte está rebosante de oro, de alguna manera podemos prescindir de tanta oración. Pero una vez que te han quitado las calabazas (Jonás 4), quieres a tu Dios. Una vez que los ídolos son limpiados de la casa, entonces debes ir y honrar al Señor.
Dios no nos aflige voluntariamente, ni nos entristece por nada, sino que lo hace por amor y afecto. Él sabe que si nos deja sin castigar, nos traeremos una miseria diez mil veces mayor de la que sufriremos por sus leves reprimendas y los suaves golpes de su mano. Él te amonesta, no te castiga. Te corrige con medida, no te golpea con ira. No hay enojo en Su corazón. Aunque Su frente pueda estar erizada, no hay enojo en Él hacia ti. Aunque Su ojo se haya cerrado sobre ti, Él no te odia. Todavía te ama.
- Charles H. Spurgeon.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)