Liderazgo escandaloso: Los escándalos de primeros ministros y presidentes y la prensa

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Título original:

Scandalous Leadership: Prime Ministers' and Presidents' Scandals and the Press

Contenido del libro:

Antes de que Gran Bretaña tuviera un primer ministro -y antes de que inventaran América-, el dictador Oliver Cromwell instó al artista Lely a que le pintara «con todos sus defectos». Este libro aborda parte del «todo», pero trata sobre todo de las verrugas, las manchas morales que han perseguido a los líderes de dos de los países más grandes del mundo durante 300 años.

Escandalosamente, sigue sin haber la cualificación necesaria para el cargo de Primer Ministro o Presidente, dos de los puestos más importantes del mundo. Y esa falta de capacidad se manifiesta con creces a lo largo de estas páginas. Robert Walpole sabía que «cada hombre tiene su precio» y compraba a la gente en consecuencia. El vizconde Goderich rompió a llorar suplicando al rey que le despidiera. George Washington, el venerado santo de la creación estadounidense, soplaba con el viento y poseía esclavos. Abraham Lincoln estaba dispuesto a enviar a los afroamericanos de vuelta a África para salvar la Unión. William Gladstone salió de Downing Street para «salvar» prostitutas. David Lloyd George daba títulos a la gente a cambio de dinero. Warren Harding tuvo una serie de amantes, al igual que John Kennedy. Y todo esto ocurrió antes de Donald Trump.

Gracias a Dios, el cuarto poder estaba ahí, la prensa libre vigilando cada movimiento de los políticos. Quién los vigilaba, por supuesto, es otra historia.

Si pensabas -y rezabas- que los ocupantes del número 10 y de la Casa Blanca eran personas honorables y competentes, te vas a llevar un buen susto.