Mil ojos me observaban. Nadie en la sala hablaba, y el único sonido era una tos apagada procedente de la oscuridad del fondo del auditorio. ¿Por qué no susurraba...
Mil ojos me observaban. Nadie en la sala hablaba, y el único sonido era una tos apagada procedente de la oscuridad del fondo del auditorio. ¿Por qué no susurraba...