Aprender a vivir de los hechos

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Título original:

Learning to Live from the Acts

Contenido del libro:

No hay forma de entender el Libro de los Hechos sin afirmar la existencia de un Espíritu dinámico y vivo.

Eugenia Price encarna este Espíritu con palabras que hacen de Los Hechos una revelación gozosa. A los hombres y mujeres de este libro del Nuevo Testamento les sucedió algo extraordinario, que puso fin a su dolor y les llenó de un valor repentino. Desde el momento en que salieron a las calles en Pentecostés hasta las últimas palabras de Pablo desde la cárcel, Jesús infundió energía a estos primeros cristianos desde dentro.

Sus vidas revelan la historia triunfal de cómo la Iglesia comenzó a "suceder", y en esos primeros días llenos de conflictos y alegría podemos ver cómo estaba destinado a ser, incluso ahora, para aquellos de nosotros que nos llamamos cristianos.

La señorita Price escribe: "Por qué no es así para nosotros ahora, o por qué es, en el mejor de los casos, sólo así de vez en cuando, creo que debemos decidirlo nosotros. Encuentro poca o ninguna doctrina en los Hechos, pero sí encuentro vida, y grandes y sencillas ayudas para aprender a vivirla".

He aquí las buenas nuevas de los Evangelios a la luz de la visión reveladora y dinámica de Eugenia Price, que busca las respuestas de Dios para los lectores de hoy. Las palabras familiares de los Evangelios respiran con nueva vida mientras ella corta las superficialidades de quienes intentan restar importancia a la Biblia y traza agudas directrices que los cristianos del siglo XX pueden seguir.

Cada uno de los versículos evangélicos favoritos de la Srta. Price se incluye en el libro, seguido de sus reflexiones sobre ellos. Su exposición de los amados pasajes de la Biblia King James resuena con autenticidad y autoridad poética.

En el prefacio de Aprender a vivir de los Evangelios, la Srta. Price escribe: "Aquí encontrará poca o ninguna información sobre quién escribió y quién no escribió los Evangelios tal como los conocemos. No encontrará ninguna certificación científica de los milagros, ni siquiera una defensa de los mismos. Las actividades de Dios no necesitan que las defendamos. No hay apologética erudita, ni exégesis de los pasajes más oscuros de las Escrituras. No sé cómo hacer nada de esto. Me basta con intentar aprender a vivir según los pasajes que entiendo. Habiendo conocido a Cristo cuando estaba bien avanzado en mi viaje terrenal, lo que ha mantenido mi interés desde el principio de mi vida con Él no ha sido cómo analizar o criticar la Biblia, sino cómo aprender a vivir de ella.... No conozco mejor lugar para aprender a vivir que los cuatro provocadores relatos evangélicos de la vida terrenal del Dios que nos amó lo suficiente como para convertirse en uno de nosotros".